sábado 18 de diciembre de 2010
Queridos alumnos:
En esta sección encontraréis información y enlaces para vuestro "Diario bizantino". También vosotros podáis mejorarla.
INTRODUCCIÓN
El Imperio Romano se dividió en el año 395 d.C., tras la muerte del emperador Teodosio, que legó a cada uno de sus dos hijos una de las partes: a Acadio, la parte oriental, con capital en Constantinopla, y a Honorio, la parte occidental, con capital en Rávena.
Esta división no fue arbitraria. La economía, sociedad, lengua, que en la zona oriental era predominantemente griega. La cultura e incluso los ritos litúrgicos se diferenciaban mucho en las dos áreas del antiguo imperio. Con la caída en el 476 del Imperio Romano de Occidente, este territorio occidental se dividió en centros independientes de poder, los llamados reinos germánicos, y en consecuencia el Imperio de Oriente se convirtió en el único sucesor legítimo del Imperio Romano y principal potencia del Mediterráneo, tanto en el plano político como militar, económico y cultural.
Al Imperio de Oriente se le va a denominar Imperio Bizantino porque Constantinopla era una antigua colonia griega fundada en el Bósforo en el siglo VII llamada Bizancio. Constantino creó sobre esta colonia una nueva ciudad a la que dio su nombre, convirtiéndola en el centro político y militar de la zona oriental del Imperio en el año 330 d.C. Cuando éste se dividió, Constantinopla se convirtió en la capital del Imperio de Oriente, que por extensión de la palabra Bizancio fue denominado Imperio Bizantino.
Los propios soberanos germánicos del Mediterráneo occidental mantenían la convicción de que el emperador de Oriente era la autoridad suprema del poder legítimo y, por ello, los distintos reyes germánicos mantenían su lealtad a Oriente y se manifestaban vasallos del emperador.
El Imperio Bizantino, por su parte, seguía siendo el centro del mundo conocido, pero a pesar de haber superado la avalancha de las invasiones bárbaras sin sufrir grandes daños, puesto que las desviaron hacia occidente, era un imperio bastante desintegrado por la herejía monofisita. Dicha herejía aseguraba que Cristo sólo tenía naturaleza divina. Este conflicto teológico estaba provocando grandes divisiones en el Imperio.
Esta desintegración del Imperio finalizó en el año 518 cuando Justino I accedió al trono imperial y especialmente con su sucesor, Justiniano, que accede al trono en el 527, momento en el que comienza la época de esplendor político y cultural del Imperio Bizantino. En este momento los territorios del antiguo Imperio Romano estaban divididos en:
- Imperio Romano de Oriente, presidido por Justiniano
- Reino de los Visigodos (Sur de Francia y Península Ibérica)
- Reino de los Francos (Francia)
- Reino de los Ostrogodos (Italia)
- Reino de los Vándalos (Norte de Africa)
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/j/justiniano.htmJustiniano (482-565 d.C), motivado por la idea de renovar el antiguo Imperio Romano, emprende la conquista del Mediterráneo occidental. Como novedad, Justiniano concibe el Imperio Romano como un imperio Cristiano, de ahí su obsesión por librar a sus súbditos del poder de los cismáticos arrianos, que conlleva poner fin a la soberanía de los germanos. En el ideal de Justiniano se ven unidos fe y política. De este modo, conquista Italia a los ostrogodos, África a los vándalos y una parte de Hispania, la Bética, a los visigodos. Justiniano era un hombre de excelente formación de procedencia latina más que griega. Era un gobernante obsesionado por conseguir un poder ilimitado. Él a sí mismo se considera representante de Dios en la tierra, y asume en consecuencia tanto el poder político como el religioso.
Teóricamente, él admite que existen dos instituciones de poder paralelas, el político y el religioso, que no deben interferirse, pero este deseo de poder le convierte en la práctica en un "rex-sace ", un rey sacerdote, un césar-papa, creando un sistema político-religioso llamado "cesaropapismo".
Aun siendo un hombre muy amable, aparece en público con un ceremonial tan grandioso y tan inaccesible que le convierte ante sus súbditos en el símbolo más evidente del poder absoluto. Se casó con Teodora, una actriz de teatro y prostituta de gran inteligencia, tanto que se convirtió junto a Justiniano en el gran poder del Imperio Bizantino.
El Imperio Bizantino en época medieval
A partir de la segunda mitad del siglo IX el imperio bizantino alcanza su máxima expansión desde Justiniano. Habían perdido, por supuesto, el Mediterráneo occidental pero se habían asentado y logrado el dominio sobre los Balcanes, hecho retroceder a los musulmanes hasta Palestina y reconquistado Creta y Chipre. Llegan a dominar incluso la Italia del sur, aunque los árabes tuvieron el dominio de Sicilia desde el 827.
Bizancio se convierte, por tanto, de nuevo en una civilización cristiana que irradia por el sur de Italia, por la zona de Venecia a través de las relaciones comerciales, por la corte de los emperadores germanos a través de alianzas matrimoniales, por los Balcanes, Rusia (gracias a la actividad misionera de Cirilo y de Metodio en los países eslavos).
Se trata de una cultura asentada fundamentalmente en bases de la antigüedad aunque profundamente cristianizadas. Al igual que en el periodo de Justiniano, tanto la cultura como el arte siguen siendo signos externos del poder imperial. La Iglesia, por su parte, se encuentra en vías de separación de Roma. A mediados del siglo IX, Focio, patriarca de Constantinopla, establece ya la independencia de su sede respecto a Roma, aunque el cisma definitivo llegó en el 1054 cuando Miguel Cerulario, también patriarca de Constantinopla, se negó a reconocer la autoridad de los legados del papa León IX y funda la iglesia ortodoxa griega. Esta fue la culminación de las diferencias religiosas, políticas y culturales que existían entre Roma y el Imperio de Oriente, aunque ésta escisión no se refleje en el arte.
ECONOMÍA Y SOCIEDAD
Aunque el derecho y la administración del Estado siguen las pautas de occidente, la lengua, la religión y el arte se orientalizan cada vez más.
En oriente subsisten grandes ciudades como Constantinopla (700.000 habitantes), Alejandría (500.000), http://www.youtube.com/watch?v=-WSU-hh2j2g, Antioquía, Jerusalén, Edesa, etc. Son ciudades ricas, espléndidas, con basílicas, edificios públicos, grandes avenidas. Mientras, en Europa occidental son pequeñas ciudades, empobrecidas, a la defensiva y en ruinas. En Oriente hay un mayor equilibrio entre el campo y la ciudad, aunque también hay muchas más diferencias porque cada vez más las tierras estarán en manos de grandes latifundistas, que poseen las tierras y también tienen poder sobre sus vasallos.
La economía bizantina
En Oriente la economía es más diversa que en Occidente, mucho más rural y dedicada a la agricultura de subsistencia. Al conservarse ciudades más grandes, la gente pudiente de clase alta seguía demandado artículos de lujo (joyas, vestidos, etc.) y el comercio florecía en las grandes ciudades. Aunque la base de la economía bizantina era la agricultura, el imperio bizantino también dominó el comercio de todo el Mediterráneo. Constantinopla, su capital, se convirtió en el gran mercado del mundo. Las monedas de oro bizantinas fueron la base del comercio mediterráneo durante gran parte de la Edad Media. Los bizantinos dominaron en esta etapa el comercio en todo el mar Mediterráneo, y acuñaron monedas de oro que fueron el principal medio de pago en el comercio europeo durante mucho tiempo.
La agricultura, de régimen latifundista, fue la principal fuente de riqueza. La gran propiedad estaba ligada a los monasterios o a la aristocracia. El pequeño propietario, presionado por los impuestos, se convirtió a menudo en colono.
La agricultura, de régimen latifundista, fue la principal fuente de riqueza. La gran propiedad estaba ligada a los monasterios o a la aristocracia. El pequeño propietario, presionado por los impuestos, se convirtió a menudo en colono.
Constantinopla, por su situación y su condición de gran urbe, fue el gran mercado del mundo. Los objetos de comercio son los papiros, las especies, productos de lujo y ciertos alimientos de calidad. De Este a Oeste fluyen los productos manufacturados, del Oeste al Este son materias primas como esclavos, metales y cereales. El comercio bizantino era fundamentalmente un comercio de lujo, basado en el trasiego de las especias, la seda y otros productos procedentes de Asia que eran vendidos a Occidente. La industria de lujo estaba controlada por el estado que tenía el monopolio de muchos productos como la sal, el oro, el pescado, las armas, la seda, etc. e imponía muchas tasas e impuestos. Bizancio, a diferencia de los territorios occidentales del Imperio, ahora fragmentado en diversos reinos, además de la agricultura mantiene una floreciente industria y una extensa red de comunicaciones. Sus relaciones comerciales son más densas y más extensas: con Oriente, la seda y las especies proceden de China y del Medio Oriente. También es verdad que están en guerra permanente con los turcos no sólo por cuestiones religiosas o políticas sino también por la hegemonía en el mar y el continente euroasiático.