El fenómeno del nacionalismo del siglo XIX surge en el momento de hacer coincidir el Estado con la Nación. Todo ello coincide con dos factores:
a) Ya existen estados unitarios creados entre los siglos XVII y XVIII (Portugal o Francia, por ejemplo).
b) La articulación de los MERCADOS, la unificación de los pesos, medidas y la elaboración de códigos comerciales que también van articulando y dando unidad a los territorios.
Existen dos grandes corrientes:
a) Por un lado, la corriente de pensamiento francés que concibe la nación como un conjunto de ciudadanos ligados por una historia, una lengua, una cultura y, sobre todo, la VOLUNTAD de regirse y vivir unidos por las mismas leyes e instituciones (proyecto político).
b) La corriente alemana, más poética y esencialista (filosófica) concibe la nación como un alma espiritual, eterna e inmutable que engloba la lengua, la cultura, etc. y que está más allá de los individuos o la voluntad de los ciudadanos.
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