miércoles, 13 de junio de 2012

El hundimiento de la URSS: Perestroika y Glasnost

Después de la etapa aperturista, dialogante de Nikita Jrushov, responsable de la mayor desestalinización del régimen, y tras el revés sufrido en Cuba (cf. "crisis de los misiles"), la URSS vuelve a una carrera loca de armametismo (también empeñada durante esos años en la carrera espacial para ser los primeros en poner un hombre en órbita demostrando la superioridad técnica y militar soviética), de cerrazón ideológica y de superproducción económica. En 1964 va a ser destituido y relevado por Leónidas Brézhnev, que será el 2º líder con más tiempo en el poder después de Stalin. Durante el Gobierno de Brézhnev (1964-1982), la influencia global de la Unión Soviética creció considerablemente, en parte debido a la expansión militar que tuvo el país durante este período, pero su desempeño como líder a menudo ha sido criticado por marcar el comienzo de un período de estancamiento económico, con vistas a graves problemas económicos que finalmente llevaron a la disolución de la Unión Soviética en 1991. El colapso y hundimiento de la URSS en los años 80 se venía fraguanda de atrás: los desequilibrios económicos (desarrollo exagerado de la industria pesada frente a las industrias de bienes de consumo), la rigidez y el dirigismo de los planes quinquenales, la pesada carga del presupuesto militar, la carrera espacial, los deseos de independencia nacional de todos los pueblos y naciones englobadas sin ningún tipo de autonomía dentro de la URSS y, sobre todo, las grandes desigualdades sociales y la falta de libertad política, llevó a que en el congreso XXVII del PCUS en 1985 se planteara la necesidad de una mayor apertura y transparencia del régimen. En ese momento aparece la figura de Gorbachov que plantea junto a otros líderes (Boris Yeltsin, por ejemplo) la necesidad de una PERESTROIKA (reestructuración) y de GLASTNOV (apertura, transparencia). La URSS no puede seguir compitiendo con Estados Unidos ni militar ni económicamente. A pesar de ser una época muy agresiva militarmente (conflictos en Afganistán, en diversos países africanos, la carrera armamentística en el espacio con satélites y misiles militares), los líderes norteamericano (Ronald Reagan) y el soviético (Gorvachov) acabarán firmando tratados de no proliferación y de reducción de armamento. La URSS se desangra y se desintegra tanto en Europa (Caída del Muro y desmoronamiento de todo el sistema del Pacto de Varsovia, independencia de las repúblicas bálticas, rechazo y separación de Polonia, etc.)como en el Asia, formándose una nueva Federación Rusa. A todo este proceso contribuyó notablemente el papa Woyjtyla, polaco y acérrimo enemigo de la falta de libertad y deshumanización de los regímenes comunistas. La línea aperturista de Gorbachov será continuada por Boris Yeltsin (1991-1999), que llegó incluso a desautorizarle en público durante un nuevo Congreso del PCUS que marcó el fin de todo el sistema comunista de estado. Los antiguos camaradas y amigos, partidarios de la apertura, acabaron profundamente enemistados, debido en gran medida también, a la diferencia de estrategias. Durante los años 90 Rusia pasará de un régimen comunista a manos de un grupo oligárquico (las famosas "mafias rusas") constituido por los antiguos jefes del partido, de la KGB, etc., llevando al país a la ruina y a las mayores desigualdades sociales posibles, como existen hoy, además de librar una serie de guerras desastrosas como la de Chechenia. La historia posterior a Yeltsin corresponde a su Vicepresidente o subsecretario, Vladimir Putin, que se ha convertido, según los propios rusos, en un nuevo Zar, porque controla todo el aparato político e incluso económico de la nueva federación. Se van alternando Presidente y Primer Ministro (Putin y Medvev), siguiendo con alianzas estratégicas en todo el mundo, por ejemplo con China. Actualmente, los países de Medio Oriente siguen jugando un difícil y delicado equilibrio de poderes y de curiosas estrategias, acuerdos y alianzas, que en cualquier momento puede saltar por los aires. En esta última foto aparecen los líderes de Turquía (Gul), de Irán (Ahmadinayeh) y de Siria (Bachar al Assad), a los que Rusia apoya de manera directa o indirectamente en difícil equilibrio con Israel. Israel sigue reclamando su tradicional alianza y apoyo de Estados Unidos, cuando últimamente la política exterior de Obama y su secretaria Hillary Clinton se ha distanciado del tradicional intervencionismo unilateral norteamericano en la zona. La administración de Obama es más bien partidaria del multilateralismo (mayor papel de la ONU en la resolución de conflictos) y la búsqueda de acuerdos y alianzas también con Rusia y China ,

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